II.
Reelección Legislativa
Si para el futuro se confirman
las tendencias recientes respecto de la intención de voto, ningún
partido político tendrá en el corto plazo una mayoría absoluta en
las Cámaras del Congreso de la Unión, lo cual hace altamente probable
que los siguientes gobiernos deban convivir con legislaturas dominadas
mayoritariamente por partidos de la oposición. Este fenómeno, que
a nivel federal es relativamente reciente, se observa de forma repetida
en un número nada desdeñable de entidades federativas, en las que
la experiencia de los llamados "gobiernos divididos" parece
tomar cada vez mas carta de residencia (7).
Todo parece Indicar que tanto la alternancia como el pluralismo
derivado de la creciente competitividad electoral son hechos que
llegaron para quedarse y no meramente coyunturales.
Esto puede suponer tensiones
más o menos fuertes entre los poderes ejecutivo y legislativo, pero
a la larga representa un activo democrático que, bien aprovechado,
en mucho puede ayudar al proceso político nacional. Es imposible
negar que a partir de la LVII Legislatura el Congreso de la Unión
se ha convertido en un actor de primera importancia dentro del escenario
político nacional, con independencia de la evaluación del desempeño
concreto que pueda hacerse de sus trabajos legislativos.
Bajo el nuevo esquema
pluralista y tomando en cuenta el cambio en el peso político específico
que las Cámaras van a tener en el futuro inmediato -y que en buena
medida ya están teniendo desde 1997-, se vuelve muy urgente y necesaria
la reforma a los artículos 59 y 116 fracción II párrafo segundo
constitucionales, de tal manera que se haga posible la reelección
inmediata de los legisladores federales y locales. y lo mismo vale
para el caso de lo dispuesto en la fracción I del artículo 115 constitucional
en lo que respecta a las autoridades municipales.
Esta medida tendría, entre
otras, las siguientes tres ventajas(8):
A) Crearía una relación
más directa entre los representantes y los electores. Al tener que
regresar los legisladores a buscar el voto en sus distritos originales,
se generaría un incentivo para una mejor y más eficaz gestión por
parte de los representantes y para mantener un contacto más estrecho
con los votantes. En un diseño político que, como en el caso mexicano,
no permite la reelección inmediata, el legislador busca mantener
estrechas relaciones políticas con su partido más que con su electorado.
Sabe que al terminar el periodo para el que fue electo dependerá
del partido la posibilidad de continuar con su carrera política.
En cambio, si se permitiera la reelección inmediata los legisladores
no solamente buscarían promoción hacia adentro de sus partidos -como
sucede en la actualidad- sino que prestarían mucha mayor atención
a los electores.
B) Fortalecería la responsabilidad
de los legisladores. Bajo el incentivo de la reelección quizá aumente
la preocupación de los legisladores para desempeñar diligentemente
su cargo y no dejar pasar el tiempo de la legislatura sin aportar
nada a los trabajos de los órganos legislativos correspondientes.
Como señala Alonso Lujambio, "Un legislador que ha sido electo
en un distrito uninominal y quiere reelegirse, tendrá que cultivar
a su electorado, explicarle su conducta... El legislador lleva a
su distrito liderazgo, argumentos, cifras, eventualmente algún beneficio
material concreto..."(9).
C) Profesionalizaría a
los legisladores. En la actualidad el trabajo legislativo tiene
que ver con materias cuyo conocimiento no se puede adquirir de un
día para otro. La complejidad de las sociedades actuales se ha traducido
también en un complejidad de las tareas legislativas y de sus respectivos
productos normativos. Hoy en día los legisladores igual tienen que
votar (y se supone que conocer) sobre la regulación de nuevas figuras
delictivas que sobre el tema de las especies vegetales.
La continuidad misma de
los trabajos legislativos también se vería mejorada con la reelección
inmediata, lo cual a su vez, permitiría la creación y desarrollo
de verdaderas "políticas de Estado" en la rama legislativa.
En palabras de Alonso
Lujambio, "los legisladores se vuelven expertos trabajando...
Los legisladores profesionales le hacen el seguimiento a las leyes
que impulsan y aprueban, proponen ajustes cuando en la fase de implementación
las cosas no salen como debieran. Los legisladores profesionales
acuden a las reuniones interparlamentarias a aprender, a discutir,
a intercambiar información, datos, evidencias, argumentos. Los legisladores
profesionales son los guardianes de la institución parlamentaria:
consultan archivos de comisiones (y no permiten que los archivos
desaparezcan en cada legislatura), tienen incentivos para organizar
cuerpos permanentes de asesores verdaderamente especializados, tienen
incentivos para aprender nuevas cosas porque podrán capitalizar
su esfuerzo. Los legisladores profesionales producen legislación
de calidad, porque van profundizando en el conocimiento de la o
las materias sobre las que legislan"(10).
Para entender cabalmente
estas ventajas no se puede perder de vista, como se mencionaba al
principio, la confianza que hoy se tiene en los órganos encargados
de organizar las elecciones y en la transparencia de los procesos
comiciales. Mientras que, como señala Jesús Silva-Herzog Márquez,
la reelección en un régimen autoritario significa la momificación
de la clase política, en uno en etapa transicional o de democracia
emergente puede ayudar significativamente a la autonomía del poder
legislativo y al mejoramiento de la representación política(11).
Al introducir la reelección
legislativa inmediata quizá pudiera incorporarse también algún límite
en la Constitución, de forma que no se tuviera la posibilidad de
permanecer como legislador de un mismo órgano más de 12 años. Esto
significa que, suponiendo que la duración de los periodos legislativos
se mantuviera invariable, los senadores podrían reelegirse de forma
inmediata una vez (completando dos periodos de 6 años cada uno)
y los diputados lo serían hasta por cuatro periodos (una primera
elección y tres reelecciones inmediatas). Para el caso de los diputados
quizá convendría agregar que los que lo fueran por representación
proporcional (los llamados "plurinominales"), luego de
haber sido electos por dos periodos consecutivos, tendrían que hacerlo
por el principio de mayoría relativa en su tercera y cuarta oportunidades;
con esto último se evitaría, en alguna medida, el excesivo fortalecimiento
de las oligarquías de los partidos(12).
Por razones sobre todo
históricas y quizá también por la mala percepción que tienen los
poderes públicos ante la sociedad, las encuestas demuestran que
la reelección legislativa no es una medida vista con buenos ojos
por la sociedad. En una encuesta de 1998, un 52% de los encuestados
se mostró en contra de la reelección inmediata de los diputados,
mientras que un 17% contestó favorablemente y un 31% dijo que le
daba igual(13).
Esto hace suponer que, a pesar de las buenas razones teóricas que
puedan existir, antes de implantar una medida como la reelección
legislativa inmediata se deben hacer esfuerzos importantes de divulgación
social para explicar su sentido, pues de lo contrario puede ser
vista como una regresión en el proceso democratizador de México.
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